El 31 de diciembre leí muy temprano en Elpaís.com que el Gobierno israelí, presidido por Ehud Olmert, no pretendía parar el ataque genocida contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza. Dijo: “La ofensiva de Gaza ha comenzado y no concluirá hasta que se hayan logrado los objetivos. Seguiremos de acuerdo con nuestro plan”. Ayer sábado 3 de enero, octavo día de bombardeo, el Estado sionista de Israel decidió invadir la Franja con sus soldados esperando acabar con el movimiento Hamás, cumpliendo así su amenaza de atacar por cielo, mar y tierra esa zona de la desmembrada Palestina tan golpeada ya por la pobreza y el ambiente de conflicto en el que ha vivido desde hace 60 años.
Desde la invasión terrestre de ayer han aumentado en más de cincuenta el número de víctimas, sumando más de 500 desde que se iniciaron los bombardeos, el ejército Judio sigue matando niños, mujeres y ancianos o a quién ose ponérsele al frente en protesta, y la justificación que usan los sionistas es que tanto reclamo sólo debe tratarse de una absurda militancia en el “grupo terrorista de Hamás”. Israel se olvida que la rabia y la impotencia del pueblo palestino es histórica y sobre todo coherente e indesmayable.
Los hebreos han rodeado la ciudad más importante de la Franja de Gaza con tropas y tanques, y sólo tienen como tarea, además de matar, disparar proyectiles y fuego de ametralladora contra supuestos militantes, mientras combatientes de Hamás contestan con morteros y cohetes.
El ejército de Israel es el más poderoso de Oriente Medio y a pesar de ello los militantes del Movimiento Hamás han seguido desafiarlo lanzando cohetes al sur de Israel.
Mientras tanto, como diría Silvio en una bella canción, una comitiva diplomática de la Unión Europea ha viajado a la zona en conflicto para lograr un alto el fuego en la Franja de Gaza, a pesar de que hace pocos días sostuvieron que los bombardeos a la Franja por parte de Israel son en defensa propia y que tienen todo el derecho a hacerlo. Esta misión ha reconocido que la tarea de convencer a las partes para que abandonen la lucha será muy difícil.
Autoridades del Gobierno israelí dijeron que el Estado judío se había propuesto varios objetivos. Dos de ellos son debilitar a Hamás asesinando a sus militantes y destruyendo su arsenal de cohetes y establecer una disuasión para que el grupo esté menos dispuesto a lanzar cohetes a través de la frontera.
El presidente de Israel, Shimon Peres ha dicho, en una entrevista con el programa de ABC News “This Week”, que Israel “no pretende ocupar Gaza ni aplastar a Hamás, sino eliminar el terror. Y Hamás necesita aprender una lección real y seria. No lo están entendiendo”. Según la información que nos llega desde la misma Franja, la cifra de muertos palestinos contabilizada por autoridades médicas en los nueve días de la Operación Cast Lead, ascendió a 512. Una agencia de Naciones Unidas dijo que al menos un cuarto de los muertos eran civiles. Un grupo de derechos humanos palestino dijo que la proporción de civiles era del 40 por ciento. Por su parte, Israel ha sufrido hasta el momento la baja de un soldado y de cuatro civiles. Podemos creerle a un persona que dirige un país que ha abusado siempre del poderío con el que ha contado, apadrinado en Occidente por Estados Unidos, otro país que pasa por alto las leyes internacionales. Qué podíamos esperar de uno de sus ahijados.
Lo cierto es que ahora, que las amenazas del Estado Sionista se han cumplido, de atacar hasta el final y a toda costa a Hamás, hasta darle un a lección –seguramente divina- los más de millón y medio de palestinos defenderán su territorio y su dignidad hasta el final, más allá de la militancia que tengan, porque los propios dirigentes de Al Fatah se han comenzado a preocupar por la tibieza que ha mostrado Abbas frente al genocidio israelí, condenado por todo el mundo musulmán y mundial, pero que como se trata de un fundamentalismo religioso, dichos pedidos han caído en saco roto.
Por ejemplo, en Cisjordania cunde la frustración, los palestinos están exhaustos y rabiosos con los invasores, pero a la vez están decepcionados con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna Cisjordania, y con la endeble reacción ante la masacre de su presidente, Mahmud Abbas.
"Hay que detener la negociación con Israel", dice un líder juvenil en Belén. Este joven dirigente nos da algunas pistas que nos podría llevar a afirmar la lucha no sólo será de Hamás sino de todo el pueblo palestino. Munther Amira es el líder de las juventudes de Fatah en Belén. Y tras hacer notar su rivalidad con los islamistas de Hamás, señala: "La gente está muy enfadada con la ANP. No podemos hacer nada. Hamás está ganando popularidad en Gaza y también en Cisjordania, y la división entre los dos territorios se acentúa". Amira admite que su partido podría haber optado por un camino más contundente. "Hay que detener las negociaciones con Israel y recomponer nuestra unidad. Negociando, no hemos conseguido nada para la gente".
Nader Abu Amsha, vicealcalde de Beit Yala, pueblo lindante con Belén, también es otro dirigente que se siente “amargado”, pero este es seguidor del izquierdista Frente Popular, esperaba una actitud acorde con la gravedad del asalto israelí por parte del Gobierno.
"La población tiene la impresión de que la Autoridad colabora con Israel. Al menos podrían haber presionado a Egipto para que abriera la frontera, pero no hacen nada", agrega Abu Amsha.
Así que no sabemos cuánto tiempo durará este nuevo holocausto, que, como pasó en Irak, sucede en nuestras narices, sucede a pesar de la condena internacional, a pesar de que el Dios que supuestamente defiende al pueblo Judio es ese Dios que por estos lares dicen que es Amor. En fin, me aúno a la condena internacional al gobierno israelí que sólo busca sacar de carrera al único movimiento palestino que podría frenar sus aspiraciones de domar palestina, como lo está haciendo con Abbas. Esperemos que no siga muriendo más gente inocente, esperemos que esta nueva estrategia israelí sea al final su talón de Aquiles y seda a la presión de la Comunidad Internacional. Esperemos, nosotros que podemos, a pesar de que la muerte seguro no esperará a un niño, anciano o mujer en esa “tierra prometida”, que de seguro no esperó a nadie hace segundos, cuando caía otro palestino defendiendo su tierra y su honor, pisando, precisamente, su tierra.
Las imagenes a continuaciónb sólo son una pequeña muestra del terror que se vive en Medio Oriente, la cual es injustificable, pero si necesario para el fin sionista de Israel: dominar completamente palestina, o la tierra prometida, como dicen.
Desde la invasión terrestre de ayer han aumentado en más de cincuenta el número de víctimas, sumando más de 500 desde que se iniciaron los bombardeos, el ejército Judio sigue matando niños, mujeres y ancianos o a quién ose ponérsele al frente en protesta, y la justificación que usan los sionistas es que tanto reclamo sólo debe tratarse de una absurda militancia en el “grupo terrorista de Hamás”. Israel se olvida que la rabia y la impotencia del pueblo palestino es histórica y sobre todo coherente e indesmayable.
Los hebreos han rodeado la ciudad más importante de la Franja de Gaza con tropas y tanques, y sólo tienen como tarea, además de matar, disparar proyectiles y fuego de ametralladora contra supuestos militantes, mientras combatientes de Hamás contestan con morteros y cohetes.
El ejército de Israel es el más poderoso de Oriente Medio y a pesar de ello los militantes del Movimiento Hamás han seguido desafiarlo lanzando cohetes al sur de Israel.
Mientras tanto, como diría Silvio en una bella canción, una comitiva diplomática de la Unión Europea ha viajado a la zona en conflicto para lograr un alto el fuego en la Franja de Gaza, a pesar de que hace pocos días sostuvieron que los bombardeos a la Franja por parte de Israel son en defensa propia y que tienen todo el derecho a hacerlo. Esta misión ha reconocido que la tarea de convencer a las partes para que abandonen la lucha será muy difícil.
Autoridades del Gobierno israelí dijeron que el Estado judío se había propuesto varios objetivos. Dos de ellos son debilitar a Hamás asesinando a sus militantes y destruyendo su arsenal de cohetes y establecer una disuasión para que el grupo esté menos dispuesto a lanzar cohetes a través de la frontera.
El presidente de Israel, Shimon Peres ha dicho, en una entrevista con el programa de ABC News “This Week”, que Israel “no pretende ocupar Gaza ni aplastar a Hamás, sino eliminar el terror. Y Hamás necesita aprender una lección real y seria. No lo están entendiendo”. Según la información que nos llega desde la misma Franja, la cifra de muertos palestinos contabilizada por autoridades médicas en los nueve días de la Operación Cast Lead, ascendió a 512. Una agencia de Naciones Unidas dijo que al menos un cuarto de los muertos eran civiles. Un grupo de derechos humanos palestino dijo que la proporción de civiles era del 40 por ciento. Por su parte, Israel ha sufrido hasta el momento la baja de un soldado y de cuatro civiles. Podemos creerle a un persona que dirige un país que ha abusado siempre del poderío con el que ha contado, apadrinado en Occidente por Estados Unidos, otro país que pasa por alto las leyes internacionales. Qué podíamos esperar de uno de sus ahijados.
Lo cierto es que ahora, que las amenazas del Estado Sionista se han cumplido, de atacar hasta el final y a toda costa a Hamás, hasta darle un a lección –seguramente divina- los más de millón y medio de palestinos defenderán su territorio y su dignidad hasta el final, más allá de la militancia que tengan, porque los propios dirigentes de Al Fatah se han comenzado a preocupar por la tibieza que ha mostrado Abbas frente al genocidio israelí, condenado por todo el mundo musulmán y mundial, pero que como se trata de un fundamentalismo religioso, dichos pedidos han caído en saco roto.
Por ejemplo, en Cisjordania cunde la frustración, los palestinos están exhaustos y rabiosos con los invasores, pero a la vez están decepcionados con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna Cisjordania, y con la endeble reacción ante la masacre de su presidente, Mahmud Abbas.
"Hay que detener la negociación con Israel", dice un líder juvenil en Belén. Este joven dirigente nos da algunas pistas que nos podría llevar a afirmar la lucha no sólo será de Hamás sino de todo el pueblo palestino. Munther Amira es el líder de las juventudes de Fatah en Belén. Y tras hacer notar su rivalidad con los islamistas de Hamás, señala: "La gente está muy enfadada con la ANP. No podemos hacer nada. Hamás está ganando popularidad en Gaza y también en Cisjordania, y la división entre los dos territorios se acentúa". Amira admite que su partido podría haber optado por un camino más contundente. "Hay que detener las negociaciones con Israel y recomponer nuestra unidad. Negociando, no hemos conseguido nada para la gente".
Nader Abu Amsha, vicealcalde de Beit Yala, pueblo lindante con Belén, también es otro dirigente que se siente “amargado”, pero este es seguidor del izquierdista Frente Popular, esperaba una actitud acorde con la gravedad del asalto israelí por parte del Gobierno.
"La población tiene la impresión de que la Autoridad colabora con Israel. Al menos podrían haber presionado a Egipto para que abriera la frontera, pero no hacen nada", agrega Abu Amsha.
Así que no sabemos cuánto tiempo durará este nuevo holocausto, que, como pasó en Irak, sucede en nuestras narices, sucede a pesar de la condena internacional, a pesar de que el Dios que supuestamente defiende al pueblo Judio es ese Dios que por estos lares dicen que es Amor. En fin, me aúno a la condena internacional al gobierno israelí que sólo busca sacar de carrera al único movimiento palestino que podría frenar sus aspiraciones de domar palestina, como lo está haciendo con Abbas. Esperemos que no siga muriendo más gente inocente, esperemos que esta nueva estrategia israelí sea al final su talón de Aquiles y seda a la presión de la Comunidad Internacional. Esperemos, nosotros que podemos, a pesar de que la muerte seguro no esperará a un niño, anciano o mujer en esa “tierra prometida”, que de seguro no esperó a nadie hace segundos, cuando caía otro palestino defendiendo su tierra y su honor, pisando, precisamente, su tierra.
Las imagenes a continuaciónb sólo son una pequeña muestra del terror que se vive en Medio Oriente, la cual es injustificable, pero si necesario para el fin sionista de Israel: dominar completamente palestina, o la tierra prometida, como dicen.
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