domingo, 15 de mayo de 2011

Presento mi descargo ante la guerra sucia

Buenas noches. Me veo en la obligación de pronunciarme luego que comenzara a circular nuevamente un video donde se me imputan una serie de presuntos delitos o faltas. Ese video apareció por primera vez en mayo del 2009, en una coyuntura similar a la actual, donde las puyas y las difamaciones se volvieron el principal sustento de las campañas de algunas agrupaciones. No me sorprende que lo hayan vuelto a hacer este año, lo hicieron también el 2010. Y veo, además, que han editado otro recogiendo la misma información a la del video que les hablo del 2009. Bueno, ahora soy egresado de Comunicación Social, y me pronuncio para defender mi reputación. No puedo permitir que se me difame sólo porque quieren ganar unas elecciones. Como acabo de ver en los videos del debate, no lo han podido hacer con propuestas y por eso recurren a estas artimañas de verdaderos mafiosos. Sobre esas mentiras respondí en el 2009 mediante un comunicado, el cual se los vuelvo a enviar para quienes no lo hayan leído, o mejor dicho, para quienes crean importante cruzar información y saber todas las versiones. Me gustaría explicárselos otra vez pero tengo que terminar un informe para mañana. Muchas gracias por la oportunidad que me da este espacio para hacer mis descargos y les agradeceré a sus miembros que hagan llegar esta posición a todos los estudiantes de la Facultad. Hasta luego.

15 de mayo del 2011

Jackson Noé Oyarce Contreras

La difamación como herramienta de algunos individuos

El domingo 17 de mayo fueron reenviados a los correos de los alumnos de la Facultad de Letras unos videos colgado en youtube (http://www.youtube.com/watch?v=ZtP86lX4p9I) donde se lanzan supuestas denuncias contra varios alumnos de la Facultad de Letras. El que les habla, Jackson Oyarce Contreras, alumno de la base 2005 de la escuela de Comunicación Social, ha sido acusado de muchas cosas en dicho video, las que de plano rechazo enfáticamente, y las cuales creo que sólo son la expresión desesperada de gente lumpen que no puede ganar un debate con ideas sino sólo generando sensacionalismo y, claro, desinformando y difamando a compañeros, sólo buscando sorprender a la gente que no nos conoce personalmente, ya que estoy seguro que la gente que me conoce o con quienes he tenido una relación cercana, no han creído nada de lo que en ese video sale sobre mi persona. Paso a dar mi descargo sobre las supuestas denuncias:

Primero: Yo no he trabajado nunca en ningún examen de admisión como se señala en el bodrio presentado. Lo único cierto es que todo el Tercio Estudiantil fue puesta en una lista por la decana de la Facultad, Martha Barriga, con criterios que desconocemos pero, que por las circunstancias pasadas, sospechamos que con la única intención de desprestigiarnos. Se nos puso en una lista para que vayamos a apoyar en el Examen de Admisión, luego de coordinar entre los representantes acordamos no asistir, por lo menos el Tercio Mayoría, porque sabíamos muy bien que dichos trabajos son prebendas que entregan ya sean las autoridades o los grupos políticos de la universidad en agradecimiento a sumisiones, o simplemente para captar a nuevos estudiantes.


Cuando me llamaron desde el Decanato informándome que entre a la página de San Marcos para enterarme de dónde debía recoger mi credencial, me sorprendí, El día martes 10 de marzo recibí una llamada a mi celular desde el Decanato de la Facultad donde se me informaba sobre dicha invitación, pero inmediatamente llamé a mis compañeros del tercio y les advertí que ese tipo de cosas eran prebendas por lo que no participaríamos en el proceso. Y no fuimos. Y, sobre la supuesta participación en Admisión 2009-I de setiembre, la verdad yo ni enterado, aquella vez no nos llamaron.

Aquella semana de marzo del presente año –recordarán- cerraron la Universidad desde el martes, así que fue recién el lunes siguiente que fui a averiguar al respecto al Decanato, pero me atendieron en la Dirección Académica. Hablé con la persona que estaba encargada de la Oficina de Bienestar y le conté sobre el tema. Me dijo que ella le había presentado una lista de nombres de alumnos al Decanato para que le den la oportunidad de trabajar en admisión debido a que estaban en una situación económica delicada, pero que en el Decanato le dijeron que enviarían al Tercio Estudiantil sin dar mayores razones. De eso les hablaba líneas arriba. Porque al final no es descabellado pensar que nos incluyeron en dicha lista sólo para que lo utilicen posteriormente como lo han hecho. Porque al final, salvo mi nombre en esa lista, lo demás es chisme barato. Así que podríamos estar hablando de coordinaciones entre alumnos y las máximas autoridades de la Facultad para desprestigiar a Participemos por Letras, porque nadie puede negar que si alguna agrupación le ha salido al frente a las actuales autoridades cuestionando su pésima gestión ha sido el Tercio Estudiantil Mayoría.

Segundo: Cuando ingresas al Consejo de Facultad como representante estudiantil recibes un pago por dieta de 200 nuevos soles mensuales (100 soles por concepto de movilidad y otros 100 por concepto de alimentos que tienes que justificar con boletas de consumo). En el video se afirma que he recibido 2 mil 400 soles. Falso. El tercio estudiantil mayoría no cobra esos 200 soles desde el mes de noviembre del año pasado. Incluso hay compañeros que no han cobrado nada. En noviembre gestionamos los pagos sólo porque, como algunos sabrán, los fines de año realizamos una chocolatada para cerca de 250 niños en Huarochirí y necesitábamos dinero para mejorar las expectativas del año anterior. Antes no había gestionado ningún pago simplemente porque el dinero no es mi interés. Cuando tomé el compromiso de participar en el Tercio Estudiantil fue por razones más comunes que personales. Cuando ingresé en el Tercio yo estaba trabajando en una radio y ganaba mi dinero. Así que esa afirmación que hacen en el video sólo busca difamarme. Es fácil averiguar si me han pagado o no yendo a la Oficina de Economía. Pero lo peor no es la desinformación, sino que estos individuos saben que no he cobrado 2400 soles, pero igual lo afirman. Eso es aberrante.

Tercero: Afirman que ahora quiero ganar 3600 en la Asamblea Universitaria, yo me he enterado por estos señores que en la Asamblea pagan 300 soles mensuales por dietas, y claro, como la gestión es de un año, suena más estrepitoso decir 3600 que trescientos soles mensuales. Por otro lado, han sacado fotos de mi H5 sacándolos de contexto. ¿Eso es periodismo de investigación? Eso es basura. Ese tipo de actitudes demuestra que no sólo tienen excremento en el cerebro sino en el hígado. Eso es querer hacer el mal por el mal. No creo que sean de la Escuela de Comunicación Social los que hayan hecho este video, deben de ser de la escuela de los Bresanni, de los Delgado Parker, de las Valenzuelas, en esos canales o en esos programas terminarán estos individuos, de eso estoy casi seguro y, les puedo asegurar también, que serán unos tromes, los mejores haciendo ese tipo de dizque periodismo.

Al final, me estoy formando como periodista, donde la honestidad y la ética son virtudes escasas en el gremio. Si en algún momento decidí participar en política en San Marcos fue porque creo aún que se puede hacer cosas de manera correcta. He hablado con algunos al respecto y me han dicho, algunos ebrios claro, que no creen que se pueda participar en política sin buscar intereses personales. A las personas que creen eso sólo les podría responder con esa frase que dice que el ladrón cree que todos son de su condición. Pues señores, algunos creemos aún que se puede participar en política sin tener que enlodar la conciencia, por dinero o por cualquier otro tipo de favores. Yo dejé de trabajar en CPN Radio, donde estuve un año y medio, por conservar mis principios, porque creo en el periodismo que debe servir a la sociedad y no a los intereses económicos o de poder. Así que nadie va a venir a difamarme diciendo que mi interés en la política es por dinero.

Me he demorado en sacar este descargo debido a una cuestión más de tiempo que de ganas de hacerlo. Porque si de seguro he tenido muchos errores como representante estudiantil, entre esos errores no se encuentra la deshonestidad ni la corrupción.

Muchas personas han sido involucradas en este video, que ha nacido con la única intensión de desprestigiarnos y no buscando hacer un trabajo fiscalizador como quieren que pensemos. Allá los ingenuos. Creo que cada uno ya hará o, no lo hará, no lo sé, sus descargos, pero creía necesario hacerlo. No quiero hablar más de los cuatro videos publicados. Pero sí del último, el quinto, donde manifiestan que le desean éxitos a los ganadores, cuando días antes los vapuleaban, y que desde ahora estarán al tanto de lo que pase en la Facultad. Sólo me permito decir una cosa: después que en varios momentos han quedado sin piso mucha de las denuncias que hicieron en el video, y luego de observar que muchas afirmaciones sólo buscaron desprestigiar a personas y agrupaciones, ¿podemos permitir que este tipo de periodismo quiera legalizarse en la Facultad diciendo que estarán atentos? Creo que deberían haber espacios de información sobre los trabajos que hagan tanto los representantes del tercio como de los centros de estudiantes. Pero ¿le vamos a dejar a estos esperpentos esa labor? Han demostrado que nos los guía el periodismo serio ni la indignación de la verdadera corrupción en San Marcos, sino sólo intereses primariosos y, digo esto porque, estoy seguro que sólo son, en suma, el instrumento coyuntural de esa corrupción que dicen denunciar. Pobres.

Lima, 22 de mayo del 2009

Jackson Oyarce Contreras

Base 2005

Comunicación Social

lunes, 27 de diciembre de 2010

Irregularidades asesoradas en la Facultad de Letras

El 29 de agosto del 2008, cerca al mediodía, me dirigí a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para recoger algunos papeles que había solicitado para presentarme a unas prácticas en una radio local. Luego de saludar a la gentil secretaria de la Escuela de Comunicación Social, le pregunté sobre las últimas novedades de la Facultad en esos días de paralización de clases por las vacaciones de medio año. Me dijo una par de cosas que no me sorprendieron, como el problema que tuvo la Administración para la distribución de aulas por ser pocas las disponibles y cómo su humor había dado un giro de 180 grados debido a que el asesor financiero del Decanato la había citado para una reunión de quince minutos que al final duró dos horas, quintándole un tiempo donde ella quería avanzar algunas tareas pendientes, “…una reunión de una comisión de trabajadores con el asesor” señaló mientras me entregaba la carta de presentación que había solicitado. Muchas gracias, le dije, y no le quito más tiempo para que avance lo que tiene pendiente.

Ese viernes también había quedado en encontrarme con unos amigos en la Facultad, los busqué por las bancas del patio, cuando comencé a pensar en el asesor y las comisiones que había mencionado la secretaria de Comunicación me preguntaba ¿qué comisiones serán? ¿Qué tiene que ver el asesor del Decanato con comisiones de trabajadores si estos están bajo la responsabilidad del director administrativo?, ¿de qué tratarán esas comisiones? ¿Esas comisiones no han pasado por el Consejo de Facultad, qué raro?, eran preguntas que rondaban en mi cabeza. Decidí regresar –ya que no ubicaba a mis compañeros- a la oficina de la Escuela de Comunicación para indagar un poco más al respecto.

-De nuevo por aquí señor Jackson- dijo la secretaria siempre tan amable.

-Me he quedado con una duda- le dije.

-Haber, cuénteme cuál es su duda.

-Se trata de esa comisión o comisiones de trabajadores que mencionó hace un rato.

-Ah, si claro. Son comisiones que han creado desde el Decanato para coordinar con los trabajadores un mejor trabajo, para hacerlo más dinámicos, dicen. Pero ya han sido creadas hace más de un mes, hasta ha salido un oficio circular informando sobre la creación de esas comisiones firmada por la Decana.

-¿Por si acaso tendrá ese oficio?, le pregunté sonriéndole.

Me enseñó el oficio circular, tenía el número 09-D- FLCH-2008 y tenía como fecha de emisión el 4 de agosto. En general dicho oficio señalaba que se habían creado comisiones de trabajo como parte del Plan Operativo de Trabajo 2008 desde principios de año, y dichos grupos de trabajo se enumeraban que en principio eran cuatro: Comisión Nueva Estructura del Centro de Idiomas; la Comisión de Nivelación de Honorarios y Subvenciones del Personal Administrativo por Servicios No Personales y del Personal Nombrado y Designado; la Comisión de Uniformes y la Comisión de Traslado, Refaccionamiento y Adecuación de la Cafetería. El ofico estaba firmada por la doctora Martha Barriga Tello, decana de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Esa última comisión me llamó mucho la atención ya que a diferencia de las otras tres no tenía que ver precisamente con un trabajo coordinado con los trabajadores de la Facultad, ni se trataba con dicha Comisión optimizar el trabajo de éstos. El posible proceso de traslado de la cafetería dentro de las instalaciones de la Facultad de Letras tiene que ver más bien con un trabajo directo de la Comisión Permanente de Infraestructura y Ornato que está integrada por representación docente y estudiantil (respetando los dos tercios del estamento docente y un tercio del estamento estudiantil). Así que haber creado una comisión “paralela” a la oficial me pareció en ese momento una irregularidad por parte de las autoridades de la Facultad y si me vino una idea todavía más peligrosa: que con la creación de las comisiones en general, pero específicamente la de Traslado de la cafetería -sólo representada por docentes y trabajadores- se estaba buscando relegar a la representación estudiantil de dicho proceso, lo cual ya era bastante sospechoso o mejor dicho llamaba la atención más aún.

Hasta hace unos meses había pertenecido a la Comisión de Infraestructura u ornato de la Facultad así que sabía algo de las responsabilidades que tenía cada comisión con respecto a cada sector como eran el de bienestar, presupuesto, promoción docente, evaluación curricular así como el de infraestructura. Comencé a buscar información al respecto conversando con algunos alumnos y trabajadores pero no me decían nada novedoso o sospechoso. Ello me previno más aún porque cada vez me parecía más contundente que había algunos procesos que la Administración quería manejar de manera bastante reservada.

El primero de setiembre se iniciaron las clases en la Universidad así que iba diariamente por las tardes a la mis clases. El miércoles de la primera semana de setiembre busqué al señor Enrique Guevara, concesionario de la cafetería, en su local. Me recibió cordialmente, le hice algunas consultas sobre cómo iba el proceso de traslado de la cafetería hacia la zona posterior de la Facultad donde se tiene un terreno de 400 m que estuvo planificado en un primer momento para una cafetería. Era un hombre alto y fornido de unos 45 años de edad, cobrizo, un cholo macizo, y hasta ese momento se mostraba un poco reacio a colaborar con información.

Aquella noche me dio la siguiente información: me manifestó que las obras que había realizado a la espalda del Pabellón (donde se ubicaba el Taller de Carpintería de la Facultad) se habían paralizado por parte del director Administrativo, Pedro Falcón. Ante la sorpresa de escuchar sobre una construcción que ignoraba, tanto de su inicio como de su paralización, le pregunté que quién había dado la orden. “La Decana”, respondió, “…pero parece que el Director Administrativo no me quiere acá y por eso han parado las obras me dijo.

-¿Y hay alguna orden escrita?, insistí.

-Sí, pero, me va a perdonar pero no lo tengo a la mano- dijo. Lo noté dubitativo, tuve la ligera impresión que me estaba engañando y que sí tenía los documentos s la mano. Pero giré la conversación a otro campo donde estaba seguro me podía brindar información.

-¿Y usted se ha reunido con la comisión de Infraestructura de la Facultad?

-No, me he reunido por la comisión precedida por el asesor de la Decana, donde participan también algunos trabajadores.

-¿Cuántas veces se ha reunido usted con esa comisión?

-Mas de cinco oportunidades.

-¿La comisión está precedida según he visto en un oficio circular por el profesor Falcón, el directo Administrativo.

-Sí, pero él no va, la comisión la preside el asesor (Pablo Mendoza).

Luego le pregunté si tenía algún oficio remitido por dicha comisión, me dijo que no. Insistí en que me haga llegar algunos documentos sobre el tema para seguir analizarlo de manera más precisa el tema pero siguió negándose dando algunos argumentos que no me convencieron aunque acepté en ese momento.

Entonces sabía que debía conseguir información por otros medios. Así que comencé a conversar con algunas personas que sabía que tenían cierto acceso archivos de la Facultad, donde podía encontrar varios de los documentos que estaba seguro me ayudarían a cuadrar los sucesos que había recopilado hasta ese momento. El día lunes por la mañana mi fuente me consiguió mi primera prueba importante en el caso: el oficio mediante el cual la decana de la Facultad, Martha Barriga Tello, autorizaba al concesionario de la cafetería iniciar trabajos que denominó remodelación del taller de carpintería, el documento tiene fecha de emisión del 25 de julio del año en curso y tenía una dato central en su segundo párrafo, cito: “En cuento a los gastos que conlleve la remodelación de los ambientes del Taller de Carpintería serán asumidos por usted, que posteriormente serán deducidos por la Facultad de Letras y Ciencias Humanas”. (Fin de cita). En ese momento dicho oficio se volvió en mi primera prueba contundente sobre una irregularidad en el manejo del procesos de la cafetería.

El lunes ocho de setiembre, luego de tener el documento número 0744-D-FLCH-08 que daba la autorización, algo ambigua, al concesionario para que inicie la obra. Creí en ese momento que era necesario hacer una identificación clara de los responsables de dicha acción. Preparar algunas preguntas y decidí que era hora de de ir a conversar con el responsable de la administración, el licenciado Pedro Facón Ccecta. Cerca de las diez de la mañana de aquel lunes lo ubiqué en su oficina y accedió gentilmente a resolver mis dudas al respecto.

En principio mis preguntas eran contextuales y sus respuesta bastante genéricas. Pero entre lo que rescaté estaba la confirmación de que no había participado en ninguna de las sesiones de la comisión “paralela” de traslado de la cafetería, debido a que desde un principio –según confesó- no estuvo de acuerdo con la creación de dichas comisiones. Pero no decía nada sobre la actual situación de la suspendida construcción en la zona posterior de la Facultad.

-Profesor, le voy a ser directo, quería saber si usted está al tanto de la construcción en la parte posterior, en el taller de carpintería, de una cafetería provisional, que en inicios de agosto ha sido paralizada, que la Decana ha autorizado mediante un oficio el día 25 de julio pasado.

Se mostró sorprendido por la información que tenía. Su rostro expresaba un movimiento desatinado de un lado a otro, sin embargo no pedía el hilo de la conversación.

Fue ahí que fue mucho más explicito sobre la actual situación de la cafetería hasta ese ocho de setiembre. Sostuvo, en primer lugar, que el se enteró de la construcción en los primeros días de agosto cuando se encontraba dentro de un viaje familiar en la ciudad del Cusco. Ahí recibió la llamada y le informaron que había un trabajo de construcción avanzado en la zona posterior del pabellón de la Facultad. Aseveró que ni bien terminó la llamada se comunicó con su secretaria y le pidió que solicitara inmediatamente opinión de dicha construcción a la Comisión permanente de Infraestructura y Ornado (la legal) y a la par le solicita al concesionario que le haga llegar mayores detalles de la construcción como los gastos hasta la fecha, plan arquitectónico y el plazo de entrega. Esto fue lo más resaltante de la información que me brindó.

O sea que no había ni siquiera estudios previos sobre la construcción, asó así que se había hecho todo sin ningún estudio ni con fecha de término, e incluso sin ningún detalle de cuánto iba a costar la obra. Por último, una conclusión más sobre aquella primera entrevista dejaba entrever el nulo trabajo conjunto entre el Decanato y su órgano de apoyo (la Dirección Administrativa) y principal responsable de cualquier trabajo administrativo, como es la de una construcción. Pero quedaban muchas dudas aún al respecto.

En esa semana intenté conseguir documentos por la vía de solicitudes a la propia Administración por medio de mesa de partes, pero sólo se me hizo llegar las primeras solicitudes de la Facultad hacia Guevara para que desocupe el tercer piso, donde queda la Cafetería que se quería desaojar alegando a problemas de infraestructura luego del terremoto de 7,9 grados en la escala de Richter que afectó Lima, pero principalmente el sur chico del país, el 15 de agosto del 2007.

Esos documentos que se me entregó me ayudaron a sacar otras conclusiones más: por ejemplo el primer documento al respecto de fecha 9 de junio del 2008 es una carta firmada por la decana Martha Barriga donde solicita al concesionario que desaloje en ocho días el local que ocupa ya que un estudio advierte de la peligrosidad que conlleva un sobrepeso en el tercer nivel del pabellón de Letras. Asimismo, cabe indicar que el contrato de arriendo del lugar caducaba el 30 de junio. La carta era notarial.

Asimismo 19 días después, el 27 de junio, Guevara Casas responde a la carta de la Facultad pidiendo una reconsideración de la decisión de cerrar el local argumentando que más de diez trabajadores se quedarían sin empleo, por lo que solicita una prórroga de la concesión.

El siete de julio el Decanato le responde a su pedido y le recuerda lo peligroso que es seguir utilizando el tercer piso con sobrepeso y le recuerda al concesionario que la Facultad no cuenta con espacios para construir o reinstalar una cafetería por el momento.

Una semana después, el concesionario insiste con una carta, pero acá sucede una peculiaridad ya que Enrique Guevara Casas propone una salida y le recuerda a la Facultad que en la zona posterior, entre el pabellón de Letras y el Estadio Olímpico de San Marcos existe un terreno de 400 m asignados a Letras y Ciencias Humanas para la construcción de una cafetería, que estaba siendo utilizado como taller de carpintería por los trabajadores de la Facultad, en una precaria choza de cuatro paredes de material noble.

Estos documentos fueron entregados por la administración y me ayudaban, como dije anteriormente, a sacar algunas conclusiones, al respecto. La Administración de Letras estaba decidida a sacar al concesionario de la cafetería del tercer piso. En otro momento la Decana le asegura al concesionario que no se cuenta con un espacio para una cafetería en la situación actual del pabellón donde se vive un problema de hacinamiento, y principalmente que Guevara Casas estaba siendo asesorado por alguien que conocía bien qué terrenos tenía la Facultad, e incluso parecía que su informante o asesor sabía más que la propia Administración.

La información que había conseguido no pasaba del 25 de julio, día en que se había dado la autorización para la construcción de un local para una cafetería provisional (provisional es un término que escuché al Director Administrativo en la primera entrevista que le hice). Era necesario recaudar más información. Busqué al nuevo representante estudiantil en la Comisión de Infraestructura y Ornato, Luis Jara de la escuela de Lingüística. Le expliqué la investigación y me mostró algunos documentos que había emitido dicho grupo de trabajo al respecto. Corría la segunda semana de setiembre. Jara me enseñó un acta del seis de agosto donde la comisión precedida por el Arq. Martín Fabbri había resuelto lo siguiente: En principio informar que desconocían de alguna autorización para la ejecución de trabajos de mejoramiento en alguna área contigua a la Facultad. Asimismo, solicitar de manera urgente a la dependencia encargada de estos trabajos (Dirección Administrativa) el proyecto arquitectónico, el presupuesto de obra a nivel de partida y el plazo de ejecución. El acta concluye señalando que recomienda la suspensión inmediata de la obra hasta poder contar con la información técnica del caso.

La fuente, que me había dado el documento que había firmado la Decana dando la autorización de la obra, me hizo llegar otro documento importante. Era el oficio 0679-FLCH-08 firmado por el director Administrativo Pedro Facón Ccenta, dirigido a la Oficina de Seguridad de la Universidad con fecha del 25 de julio, precisamente el mismo día que el decanato remitió la autorización al concesionario.

El documento decía: Tengo a bien dirigirme a usted para solicitarle se sirva disponer del personal a su cargo para que brinden las facilidades para el ingreso de los señores Enrique Guevara Casas, Jesús Cruz, Walter Leonado Cruz que ingresarán durante los días 26, 27,28 y 29 del presente mes. Es preciso indicar que dichas personas realizarán trabajos operativos y de mantenimiento en el área que la Facultad de Letras y Ciencias Humanas. Agrega que para la supervisión de dichos trabajos también se solicita el ingreso de trabajadores de seguridad de la Facultad.

Este oficio dejaba sin piso el argumento del Director Administrativo de que e había enterado de la construcción en los primeros días de agosto mientras se encontraba en el Cusco de vacaciones, quedaba claro que el Lic. Pedro Facón había tenido conocimiento del oficio emitido por el Decanato que autorizaba la construcción, y que en dicho oficio se habría basado para pedir a la Oficina de Seguridad de la Universidad el ingreso de dos personas externas a la Universidad como eran los que acompañaban al señor Guevara.

Aquel mismo día por la noche, viernes 12, busqué al concesionario en su local en el tercer piso. Se notaba aún reacio a colaborar con alguna información, pero al percatarse que estaba bastante enterado del proceso me precisó algunos detalles: las dos personas que ingresaron con el los días feriados por Fiestas Patrias eran maestros de construcción y que ya había hecho llegar a la Administración los estudios que le había solicitado. Me enseña el documento, tenía como fecha de entrega el 22 de agosto. Le pregunté cuál era el trabajo que ahora tenía la comisión “paralela” de traslado de la cafetería, y me dijo que se seguía reuniendo con dicho grupo, encabezado por el asesor y una de trabajadores, pero donde hasta el momento no se había hecho presente el Director Administrativo. Así que comencé a tomarle más atención a la labor que estaba teniendo el asesor en el asunto. Y mientras el señor me explicaba su situación de incertidumbre sobre el futuro de su negocio le pregunté sobre quién lo había asesorado durante este tiempo al señor. “El asesor de la Decana”, me respondió, “ …el señor Pablo Mendoza”. Justo lo que sospechaba, pensé. Pero insistí. No entiendo muy bien la cosa –le dije- cómo es eso que la Administración complica su situación pero a la vez le asesora para salir del embrollo.

-El que me quiere sacar es el Director Administrativo –señaló Guevara-, mejor el asesor es quien me está apoyando.

Esta era una información valiosa porque estaba dejando evidente el trabajo separado que estaba haciendo cada oficina. Donde parecía había una lucha de poderes. Ahora, aún tenía claro que esta situación debiera estar bajo las responsabilidades del Director Administrativo con el total conocimiento de la Comisión permanente de Infraestructura y Ornato, pero era evidente también que no era así. Que en este caso estaba prevaleciendo el poder del Decanato, y principalmente del asesor de la decana Martha Barriga.

Lo que no me contó el concesionario es que el mismo día que hablamos, el viernes 12, el había presentado a Administración de la Facultad dos oficios; uno donde solicita una prórroga del contrato para seguir utilizando el local del tercer piso mientras se avanzan las gestiones de “regularización” del uso del terreno de la zona posterior de la Facultad (ex taller de carpintería), y además le había hecho llegar un informe sobre los gastos que ejecutó hasta la fecha en la área posterior de la Facultad que haciendo a 17 mil nuevo soles, y que el proyecto total presentado a la Facultad asciende a 32 mil nuevo soles, por lo que faltaría ejecutar una inversión de 15 mil nuevos soles aproximadamente.

Esta información la consiguieron mis compañeros que se unieron a esta investigación por medio de contactos administrativos. Se había conseguido la documentación completa de los dos oficios presentados por Guevara Casas. Así que una vez que habíamos conseguido toda la información que ataban los cabos sueltos hasta entonces, nos tocaba, junto a hora a tres compañeros más, Eduardo Arias, Raúl Bolo y Jorge Choque, adentrarnos en las consecuencias de dicho proceso.

En la tercera semana de setiembre Eduardo viene con información que había conseguido en una entrevista al jefe de la Oficina General de Infraestructura de la Universidad (OGIU) Ing. Jorge Gutarra Salas, donde nos enterábamos que la zona donde se encontraba construida el taller de carpintería de la Facultad de Letras no era un terreno que ya no le pertenecía a la Facultad ya que debido al nuevo mapa de la ciudad universitaria condicionada luego de la firma del convenio con la Municipalidad Metropolitana de Lima para llevar a cabo obras viales como el by pass del cruce de las avenidas Universitaria y Venezuela, para ello se habían cambiado los planos de la Universidad y ahora como se había recortado el terreno se había perdido la pista perimetral que tenía el campus, por lo que se había planeado construir una nueva que iba a pasar alrededor del Estadio Olímpico de San Marcos, y nos explicaba Eduardo que por el terreno donde estaba el taller, y donde también se habían avanzado unas obras para una cafetería provisional eran parte del nuevo paradero que iba a tener el campus, pero Eduardo no creyó pertinente aún informarle al respecto al Gutarra ya que era evidente –dijo- que el funcionario ignoraba por completo cualquier tipo de obra en dicha área.

Por su parte, y con la información que nos había traído Eduardo desde OGIU, Raúl y Jorge le hicieron una entrevista al Director Administrativo de la Facultad, para preguntarle entre otros cosas, si sabían que el terreno donde se había autorizado la construcción de un cafetín provisional no le pertenecía a la Facultad. La entrevista se realizó el 24 de setiembre. Las cosas se aclaraban cada vez más, pero se podría decir que se obtuvo la información sacándole “con cucharita”, el Lic. Falcón les dijo que justamente al enterarse de que dicho terreno no le pertenecía a la Facultad es que se detienen las obras, no dejando de lado razones como la falta del proyecto de infraestructura. Pero lo que el Lic. Facón no indicaba, pero era una información que ya manejaban Raúl y Jorge era que tampoco se había pedido permiso para la construcción al máximo ente dentro de la Universidad para dichas acciones: la Oficina General de Infraestructura, así que el Decanato había obviado todas las instancias para realizar cualquier tipo de cambio a nivel de infraestructura dentro de la Universidad. Para levantar o derribar una pequeña pared se necesita la autorización de la OGIU. Pero esta era una información que el Director Administrativo guardaba muy bien hasta el momento. Dicho dato se consiguió haciendo algunas consultas a anteriores autoridades administrativas, pero sin precisar el caso todavía. Entonces al notar que el profesor se desviaba cada ve que podía del tema central, Jorge y Raúl decidieron hacerle la pregunta puntual si la Decana había obviado todas las instancias, sumando la de la Dirección Administrativa, para autorizar dicha construcción. Ante la pregunta el profesor señaló que dicha información debería darla el mismo Decanato. También se le preguntó por qué había solicitado a la Oficina de Seguridad de la Universidad para el ingreso de dos personas ajenas a la institución, además que se tenía la información de que eran maestros de obra. Al encontrase acorralado ante el vendaban de preguntas incómodas y sorpresivas para el Lic. Falcón, este sólo atinó a decir que dichas personas habían ingresado para apoyar al concesionario en su local el tercer piso. Pero insistió en que no sabía que eran obreros que llevarían a cabo una construcción el a zona posterior de la Facultad y a ello debería responder la decana, la doctora Martha Barriga Tello.

Se solicitó en más de una oportunidad una cita a la Decana pero se nos fue negada por razones de una agenda ocupada. Pero, seguimos investigando sobre el tema en los primeros días de octubre. Necesitábamos saber cuál era la situación actual del proceso, o sea al diez de octubre. Me reuní nuevamente con el concesionario y le pregunté sobre su situación actual. No quería hablar conmigo, sospeché que le habían advertido sobre la investigación, pero le insistí y me manifestó unos datos más: que estaba negociando con la Administración la ampliación del contrato, que había finiquitado el 30 de junio, por cuatro meses más, es decir, hasta el 30 s de noviembre, esperando que para entonces ya se haya conseguido el permiso de OGIU para realizar la obra. Eso nos dejaba claro que la Administración había estaba buscando regularizar el proceso. Asimismo, dijo que el Director Administrativo estaba solicitando el uso del terreno donde se habían iniciado las obras de manera provisional, por un cierto tiempo.

Mi informante me hizo llegar el veinte de octubre otro documento relevante: se trataba de un documento remitido por la Decana a su asesor, Pablo Mendoza, donde le informaba que las comisiones deberán ser anuladas debido a que se han prestado a una serie de confusiones. Tenía como fecha de emisión el 16 e octubre.

Luego de una varias reuniones el grupo de trabajo que habíamos llevado adelante la investigación, sabíamos que el caso daba para más. Pero ya habíamos sacado algunas conclusiones importantes. Que entre la oficina de la Dirección Administrativa y el Decanato de la Facultad no había un trabajo conjunto, y parecía que existían hasta pugnas internas. Que el asesor de decanato, Pablo Mendoza, armó sus propias reglas de juego creando estas comisiones “paralelas” que contaron con la venia de la decana Barriga, pero inmiscuyéndose en funciones que no le corresponden a pesar de ser apoyadas por la señora Decana. Dejando de lado, además, los fueros y las responsabilidades del Director Administrativo, quien ante la impotencia de no poder hacer nada al respecto debido a la autoridad de la Decana, sólo buscó deslindar responsabilidades tratando de impregnar su firma lo menos posible en los documentos comprometidos en el caso, por lo menos en la primera parte del proceso, luego participó llevando a cabo la regularización de la ejecución de la obra ante la Administración Central como debió ser desde el principio.

martes, 22 de diciembre de 2009

"Espantapájaros frustran reunión en Copenhague"

No quería dejar de comentar la Cumbre de Copenhague, pero me encontré con un artículo de Guillermo Giacosa que consideré genial, y simplemente me inhibió a pronunciarme en el tema. Por ello, he decidido, para los que no sigan al columnista de Peru21, publicar el artículo, que creo resume de la mejor manera el malestar de los que nos interesamos aún en el futuro del planeta. Disfrútenlo pero, sobre todo, analicen la gravedad del problema. En serio es grave.
Autor: Guillermo Giacosa
Ya es tiempo de que admitamos en voz alta, lo que en los círculos matrimoniales del poder y el dinero se susurra, aceptándolo como el pecado inevitable al que nos ha conducido la organización política y social que nos hemos dado los humanos. No es culpa de nadie, dicen en voz inaudible los privilegiados. “La fuerza de las cosas”, diría Simone de Beauvoir, si pudiera juzgar el abominable espectáculo de nuestra impotencia. Copenhague fue, en realidad, una colosal reunión de espantapájaros donde la extravagancia era no mostrarse estáticos y paralizados ante la magnitud del problema a enfrentar. Los extravagantes eran quienes todavía mostraban reflejos humanos y podían moverse tanto en el plano físico como en el de las ideas. Inútil, los espantapájaros eran más grandes y ensombrecían el salón: además son sordos y su cerebro, que es solo una máquina de defender intereses económicos, es de paja, en la más amplia acepción del término. Su único objetivo: permanecer plantados allí donde ellos mismos se han dejado ubicar. No tienen ideas, solo intereses. Las ideas bullen, cambian, se mueven, se adaptan a los desafíos del tiempo. Los intereses son rígidos, miran en una sola dirección, tienen clientes y socios de ruta, no prójimos. El prójimo, sobre todo si pretende obrar con autonomía es, para ellos, una incomodidad que hay que ignorar o eliminar. Y a la hora de hacerlo son efectivos, pues el corazón de paja no se reblandece en el momento de apretar el gatillo.

Quizá le interese saber cuál es la diferencia, para este cronista, entre un ser humano y un espantapájaros. Muy simple: los seres humanos son libres y aman la vida. Cuidan de su libertad y cuidan de su vida y la de quienes pertenecen a su especie. Además se sienten responsables por la vida entera que puebla nuestro pequeño planeta. No se engañan con cuentos infantiles, ni se refugian en paradigmas mágicos: saben –con dolor y mucho valor– que la vida es el único bien que realmente tenemos, y por tanto nuestra obligación biológica, psicológica, ecológica y social es protegerla. Protegerla incluso cuando esta, desvinculada de su propia esencia, se vuelve contra sí misma.

Los espantapájaros, los tristes espantapájaros, como aquellos que dominaron la reunión de Copenhague, son entes sin capacidad de decisión propia, que carecen de libre albedrío, obedecen a otros espantapájaros que los mandan y repiten, hasta el cansancio, un discurso previamente grabado en sus neuronas de paja. Son prisioneros de una visión del mundo que nos ha encerrado en un círculo de intereses, del cual son sus custodios y fuera del que no les está permitido buscar respuestas. Llegaron vencidos a Copenhague y se fueron vencidos y despreciados de aquella ciudad. Bajaron la cabeza para hacernos creer que estaban tristes, pero era solo para disimular una sonrisa.
Habían cumplido con su deber: la vida en el planeta ya no será un estorbo y los espantapájaros podrán gobernar eternamente sobre el desolado e inerte mundo del futuro.

viernes, 18 de diciembre de 2009

¿La Bolivia de Evo se consolida?

La última victoria de Evo Morales del 6 de diciembre último, que suma la sexta a nivel de consultas electorales en cuatro años de gobierno, ha dejado de sorprender ya a propios y extraños. Y lo que era en el 2005 una reacción espontanea del pueblo indígena de ese país ante la desidia que sufrió por cerca de dos siglos, y que tendría que disiparse con el tiempo por muchos factores como la falta de experiencia de Morales, ha pasado a ser un proceso social y político en plena evolución que parece que el pueblo en su mayoría no abandonará.

Morales ha logrado reelegirse con el 63% de los votos, seguido de lejos por Manfred Reyes Villa, líder la oposición, con 28%, y por Samuel Doria Medina con el 6%. Y ha logrado, además, una victoria que aún le era esquiva para llevar adelante su proyecto de "revolución democrática, cultural al servicio del pueblo", y es el respaldo del Poder Legislativo. El Movimiento al Socialismo (MAS) logró obtener más de los dos tercios tanto en la cámara de Diputados como la de Senadores, en la que se llamará desde el 22 de enero próximo Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP).

Uno de los factores que también fue fundamental para que Morales se consolide con una segunda gestión, es la disgregación de la oposición. Y esto tal vez se deba al alejamiento de los principales líderes opositores al gobierno como los ex presidentes Carlos Mesa y Gonzalo Sánchez de Lozada, quienes le han dejado esta vez la tarea a Manfred Reyes Villa, quien fue el prefecto de Cochabamba hasta su revocatoria en el 2008, gestión en la tuvo varios cuestionamientos.

Algo que también ha dejado ver esta última contienda electoral es que Evo ha madurado su discurso, pues de un tono confrontacional con el que comenzó su gobierno rechazando a todos los que defendían “al sistema”, ha pasado a llamar en su discurso del domingo 6 por la noche a la oposición a "trabajar juntos por Bolivia, más allá de cualquier pretensión sectorial" y agregó "Ahora sí tenemos el camino abierto, entendiéndonos como bolivianos, dialogando con distintos sectores para aplicar la primera Constitución, aprobada por pueblo boliviano".

Luego del triunfo de Morales, lo más probable es que en Bolivia se inicien los tan ansiados cambios por medio de la Constitución, y esto no sólo es el ajuste de las estructuras políticas y sociales, sino también de las económicas. Pareciera que esta nueva victoria de Evo tendría más repercusiones internas que externas. Por ello es posible que en Bolivia los conflictos sociales más que amenguarse se agudicen, porque estaremos ya no frente a una intensión de realizar cambios, sino frente a la posibilidad de concretarlos.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Una bomba de tiempo llamada Gamarra

En medio del caos que reina en una estrecha avenida que cruza el famoso ya Jr. Gamarra en el distrito de La Victoria, donde la gente va y viene abriéndose

paso entre el comercio transeúnte, se escuchan, como si fueran coros, diversas voces que compiten entre sí ofreciendo todo tipo de productos. Son voces mezcladascon el sonido de emisoras con diferentes ritmos musicales que salen de los parlantes de los almacenes, que se encuentran y se desafían por momentos con aquellas gastadas voces que ofrecen siempre productos de vestir en liquidación.

Estamos describiendo sólo el acontecer diario de una de las avenidas que forman parte del Emporio Comercial de Gamarra, ese espacio que ha sido la cuna de muchos empresarios -hoy exitosos-, ofreciendo básicamente productos textiles, y que de un tiempo para acá también ha comenzado a imponer la moda de muchos limeños y de la gente de otros países de la Región. Si se quiere hablar de producto nacional, alguna arista nos llevará siempre a evocar a Gamarra.

Este emporio comercial, uno de los más importantes de Lima y del Perú, se extiende sobre un área de 34 manzanas y comprende 170 galerías con un total de 20 mil negocios. Mueve anualmente mil 200 millones de dólares, da empleo a más de 100 mil personas y diariamente la visitan entre 100 y 400 mil personas. ¿Y por qué es importante detallar este tipo de información? dirán algunos. Sencillamente porque a pesar de los avances que ha tenido este emporio con el pasar de los años, a nivel de orden, servicio y seguridad. Estos requisitos, imprescindibles sin lugar a dudas para una zona que concentra a miles de personas, aún dejan mucho que desear en Gamarra, a pesar de que sus dirigentes se esfuercen en asegurar que el centro comercial es seguro, y que se toman en cuenta todas las recomendaciones.

Y un ejemplo de que no se está preparado para cualquier contratiempo, ya sea de índole natural o provocada por el hombre, es lo que ocurrió en el mes de agosto en una de las galerías, donde si bien el incidente no pasó a ser más que un susto, quedó evidenciado que si las cosas se agravarían en cualquier circunstancia, no se estaría preparados.

Revuelo explosivo en galería de Gamarra

Aproximadamente a las dos y cuarenta y cinco de la tarde del sábado 22 de agosto pasado, el ambiente agitado que reina en Gamarra, comenzó a ceder ante el pánico desmedido. La noticia corrió en pocos minutos entre vendedores, dueños de las tiendas y el público: una bomba había sido encontrada en una concurrida galería comercial.

De pronto, las miles de personas que atiborraban las calles del lugar corrieron sin dirección y sin pensarlo si quiera. La emergencia pudo desencadenar una tragedia. Por suerte, la Policía Nacional, con ayuda de los bomberos, de agentes de seguridad y de los propios vendedores, lograron controlar la situación.

Había sucedido que en el baño de varones del primer nivel de la galería Yuyi, de nueve pisos, ubicada en la cuadra 16 del jirón San Cristóbal, entre las cuadras 8 y 9 del jirón Gamarra, se encontró una caja con nueve cartuchos de dinamita que estaban conectados a una batería de nueve voltios, junto a un celular y un USB.

Esta escena, que fue alertada por un cliente, provocó el alboroto de las personas que se hallaban en el lugar, las que en su mayoría sólo buscaban alejarse todo lo posible. Lo mismo ocurrió con los que se encontraban en las galerías aledañas. Al final, la Policía llegó a acordonar tres cuadras a la redonda del establecimiento para que miembros de la Unidad de Desactivación de Explosivos retiren el equipo detonante y hagan las pesquisas para detectar otros posibles detonadores. En ese momento trascendió que la evacuación del local comercial se vio interrumpida por sus propietarios y los vigilantes, pues cerraron las salidas de emergencia, para evitar cualquier tipo de saqueo.

En principio lo que dejó ver este hecho es que el emporio textil no se encuentra preparada para realizar una evacuación ordenada de las miles de personas ante un hecho de peligro. Pero esta conclusión, luego de las investigaciones que realizó la Policía, sólo terminan siendo una de las tantas observaciones que se puede sacar sobre la seguridad en el lugar. Ya que esta sensación de vulnerabilidad no es sólo para los miles de clientes que llegan a esa zona de La Victoria, sino también para los propios empresarios que viven bajo una constante presión por parte de extorsionadores.

Primera hipótesis: PNP cree que sería mensaje de mafia de extorsionadores

El jefe de la Séptima Dirección Territorial de la Policía Nacional, general Oswaldo Hernández, señaló horas después del incidente que la carga explosiva encontrada en la galería Yuyi sería un mensaje de una banda de extorsionadores a los empresarios de la zona para el cobro de cupos.

Esta es la hipótesis que manejó la policía sobre el hallazgo del paquete de dinamita, que pertenece a la Caja de Pensiones Militar-Policial.

“La intención no era detonar el artefacto, porque la Unidad de Desactivación de Explosivos no lo encontró activado. Esto serviría principalmente como un mensaje de amedrentamiento no a una, sino a varias galerías de Gamarra”, indicó Hernández durante la presentación de los resultados de las operación policial realizadas en la zona. No obstante, vendedores de la galería que fueron testigos de la intervención de UDEX aquel movido día, afirman hasta ahora que el paquete explosivo si estaba conectado y que lo escucharon decir a los propios policías. “Lo que quiere la Policía es que no se alerte sobre la gravedad de la situación”, señala Rosario, vendedora de un stand de la mencionada galería, quien agrega que la Policía siempre minimiza los hechos cuando no le conviene.

Asimismo, César Ortiz, comerciante de la misma galería, indicó que Gamarra sigue siendo tierra de nadie y que tras la bomba las ventas comerciales disminuyeron en un 40 por ciento.

Por su parte, Diógenes Alva, dirigente de la Confederación de Comerciantes de Gamarra, minimizó los hechos y descartó que hubiera extorsionadores operando en el área, donde el alquiler de diez metros cuadrados cuesta 300 dólares por mes. Alva, más bien, atribuyó los hechos a líos internos entre los administradores del centro comercial Yuyi.

Sin embargo, los hechos contradicen las palabras del dirigente que aseguró que en la zona no habría extorsionadores. El domingo 18 de octubre cuatro delincuentes, que extorsionaron por casi un millón de dólares a empresarios del jirón Gamarra, para dejarlos trabajar en paz, fueron arrestados a tiros por la Policía.

Se trata de ex convictos que purgaron prisión en la cárcel de Lurigancho por tráfico de drogas, homicidio, plagio, robo agravado y otros delitos. Según el coronel Ricardo Munaya Mendieta, fue necesario recurrir a un grupo especial de inteligencia para descubrir a los extorsionadores. "No hubo otra salida, porque los agraviados preferían pagar en silencio...", sostuvo.

Claro está que muchas de las cosas que afectan a Gamarra también se deben a la poca importancia que le dan sus propios dirigentes a las dificultades diarias.

Segunda Hipótesis: Paquete explosivo encontrado se debería a conflictos entre administradores de Galería “Yuyi”

Esta versión se manejó más entre los comerciantes del emporio, aunque no descartaron otras posibles razones. Algunos empresarios del lugar, quienes prefirieron el anonimato, especularon que la bomba fue instalada en Yuyi debido a un conflicto de intereses administrativos entre sus dueños, que lleva ya varios años.

Precisaron que un grupo de propietarios quieren venderlo porque les trae muchas pérdidas económicas, pues existen tiendas y almacenes vacíos, y porque el lugar ha perdido renombre en Gamarra. La galería Yuyi pertenece a la Caja de Pensiones Militar-Policial. Fue construida por Alberto Venero Garrido, uno de los principales testaferros de Vladimiro Montesinos, cuando usó ilícitamente los fondos de la mencionada entidad financiera. Por lo que se encuentra en litigio entre los comerciantes y la Caja de Pensiones Militar-Policial. Aquel 22 de agosto, la policía también encontró en los distintos pisos de la galería, panfletos que contextualizaban los enfrentamientos entre comerciantes, lo que no descartaría la versión que dio al respecto Diógenes Alva, al igual que otros comerciantes.

Tercera Hipótesis: Posible atentado terrorista

Otra versión que trascendió aquella misma tarde fue que el hecho podría tratarse de un atentado terrorista. Y esta versión tuvo mayor repercusión debido a algunas características de los explosivos encontrados en el baño del centro comercial. Así como que era la primera vez que este tipo de sistema se usaba en el país. Ante ello, entró a tallar en las investigaciones la Dirección contra el Terrorismo (Dircote) de la Policía Nacional.

Aquella misma tarde, una fuente interna de la UDEX confirmó a El Comercio que fueron nueve los cartuchos de dinamita hallados, cada uno de 65 gramos. “Estaban conectados a una batería de nueve voltios, a un detonador electrónico y a un celular encendido con su respectivo chip. Era un peligro real, si estallaba hubiera sido desastroso”, señaló.

Agregó que hubiera bastado que entrara una llamada al celular para que las cargas de dinamita explotaran. “Afortunadamente en el baño donde colocaron la bomba (ubicado en el primer piso de la galería Yuyi) la señal de telefonía celular no llegaba. Fue un error de cálculo”, refirió la fuente, a horas de acontecido el suceso.

Por su parte, el jefe de la Dirección General de Control de Servicios de Seguridad, Control de Armas, Munición y Explosivos de Uso Civil (Dicscamec), Ricardo Ganiku, afirmó que no se han visto sistemas similares de detonación en el Perú. En cuanto a la cantidad de explosivo reunido en la galería, opinó que se trata de algo delicado y peligroso.

“Una explosión de esa cantidad de dinamita en un lugar así tendría resultados fatales, dañaría considerablemente los cimientos y columnas del edificio que tiene 9 pisos y dos sótanos”, determinó.

A pesar de dicha información, esta versión fue perdiendo fuerza con las investigaciones realizadas tras los días, que llevaban más bien el tema a asuntos internos en el emporio comercial de Gamarra. No obstante, algunas características en el suceso nos pueden llevar a otro tipo de conclusiones. En todo caso, está en manos de la Policía Nacional ofrecer la información correcta y hacer saber las razones reales de por qué se dejó una carga de dinamita considerable en un lugar tan concurrido.

Tema siempre vigente: La inseguridad

Como se dijo anteriormente, esta situación sólo es un pequeño ejemplo de la vulnerabilidad que muestra esta zona comercial de Lima. Y es que la inseguridad que muestra no sólo a nivel de evacuación, sino delincuencial, de redes de electricidad clandestinos, de extorsionamientos, estando tan cerca las Fiestas Navideñas nos deberían llevar a reflexionar. Y más a las autoridades que tienen bajo su responsabilidad vigilar que las leyes y las recomendaciones de Defensa Civil se respeten.

Los propios comerciantes califican como una bomba de tiempo la situación actual del emporio comercial y coincidieron en que el explosivo con nueve cartuchos de dinamita que se encontró, es una muestra de la inseguridad que viven a diario miles de comerciantes y clientes del lugar.

Los robos en Gamarra están a la orden del día. Si bien con el reordenamiento urbano de 2007 la basura y la delincuencia disminuyeron significativamente, hoy vemos un retroceso: los ladrones están al acecho en las esquinas y los policías municipales están más preocupados en decomisar productos y lastimar a los ambulantes, indicó Rómulo Mejía Aguilar, presidente de la zona 12 de Gamarra.

Sólo basta recordar lo que sucedió el 1 de diciembre del año pasado para advertir que las cosas no han cambiado mucho. Un incendio dejó en evidencia el grave riesgo que cada día amenaza a las personas que habitan y laboran en Gamarra, cuando en la azotea del inmueble 179 de la calle Antonio Bazo se inició un siniestro, como resultado de un cortocircuito en un taller de confecciones clandestino.

El jefe de los bomberos a cargo de la operación, comandante Antonio Marticorena, responsabilizó aquella vez al municipio de la Victoria por cualquier siniestro que pueda ocurrir pues –explicó– le corresponde a la autoridad local supervisar las galerías y edificios de la zona. Si algo similar sucediera en estas fechas, lo primero que podríamos asegurar es quienes son los responsables.

En todo caso, nos toca estar prevenidos a todos ante este problema. Tanto clientes como comerciantes. Porque al final la fatalidad no discriminará ni a unos ni otros. Una respuesta inteligente, programada, seria, y sobre todo eficaz, es lo que necesita Gamarra para seguir ofreciendo sus productos en condiciones adecuadas. Sino estamos condenados a vivir situaciones como la de Mesa Redonda, consecuencias que muchas autoridades parecen haber olvidado.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Apéndice de un post anterior

Este es el poema de Mario Benedetti que no ubicaba hace unas semanas, y que encontré en un borrador de mi correo electrónico sin querer. Por eso he decidido publicarlo como apéndice de lo que comencé hace unas semanas, cuando le pedía ayuda a Benedetti y cuando estaba con el mismo ánimo que hoy me acompaña.

Vaya uno a saber

Amiga
la calle del sol tempranero
se transforma de pronto
en atajo bordeado de muros vegetales
el rascacielos de la visión despiadada
de un acantilado de poder
los colectivos pasan raudos
como benignos rinocerontes
y en un remoto bastidor de cielo
las nubes son sencillamente nubes
la muchacha cargada de paquetes
es una hormiga demasiado obvia
y en consecuencia la descarto
pero el lisiado de noble rostro
ése sí avanza como un cangrejo
la monjita joven de mejillas ardientes
crece como un hongo sin permiso
el hollín va siendo lentamente rocío
y el olor a petróleo se convierte en jazmín
y todo eso por qué
sencillamente porque
en la primera línea
pensé en vos
amiga.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Un largo e impensado viaje

Fulano llegó apurado al paradero para ir a la Universidad. Tenía decidido tomar el primer bus para no perder más tiempo. Se había hecho tarde, demasiado tarde. Estaba preocupado por entregar un trabajo que debía desde hace una semana. Apareció un bus y, sin pensarlo mucho, lo tomó. Aquel bus no llegaba hasta la Universidad, pero en ese momento no le importó ese pequeño detalle: le interesaba avanzar. Seguía mirando su reloj como presumiendo que se detendría o que simplemente el tiempo lo traicionaría como sucedía casi siempre. El carro avanzaba rápido para ser las ocho de la mañana, pero Fulano sentía que lo hacía demasiado lento, miraba con cólera al chofer por el espejo incrustado en la parte superior del parabrisas, entre los dos tapasoles. Fulano apretaba los labios y lo miraba con cara de malo, como si ese hostil gesto intimidaría al conductor y lo haría avanzar más rápido, lo que –repito- hacía.

Se hallaba parado desde que subió, incómodo en medio del pasadizo. De pronto alguien se paró. Inmediatamente Fulano se sentó. Se sintió un poco más tranquilo. Claro, no dejaba de mirar el reloj de manera mecánica. Acomodó su mochila entre sus piernas. Se puso a revisar el trabajo que llevaba en la mano, en un folder algo arrugado por el ajetreo. Fulano comenzó a leerlo, mejor dicho a ojearlo. Se concentró en la hoja de conclusiones y se puso a leer en voz baja. En eso de pasar a la siguiente hoja percibe que alguien le observa detenidamente. Voltea y advierte que es una chica que rápidamente se pone a observar por la ventana. Él regresa a lo suyo. Por dentro piensa “Qué linda esta muchacha, qué bonito lunar”. Fulano, sigue en lo suyo.

Pero después de un momento piensa, mirando fijamente su hoja: “En serio, que linda”. Pero no quiere voltear a verla. Siente que malogrará la pequeña escena de dos pasajeros que se sientan juntos por esas casualidades de la vida y que, también por esas casualidades, comparten un ligera cruce de miradas. Pero igual duda. Le gana las ganas de ver nuevamente ese lunar en su mejilla. Y lo hace. La mira como sabiendo que no habrá otra oportunidad. Ella no deja de mirar por la ventana, Mengana no sabe qué hacer. Se incomoda, pero no voltea. “Pa qué lo miré…”, piensa, “… seguro se ha dado cuenta que lo estaba mirando, ¡diablos!”.

Fulano regresa la mirada a su folder, pero ahora ya no lee nada, sólo quiere disimular la inquietud, la ansiedad que lo ha comenzado a invadir. De repente mira su reloj: son las ocho y treinta. Se impacienta nuevamente por el tiempo, mira por las ventanas para ver dónde se encuentra, y en qué paradero deberá bajar para tomar el carro que sí lo lleve hasta la Universidad. Se percata que Mengana dibuja una suave sonrisa. Fulano alucina que él ha provocado esa sonrisa con sus ademanes de chico apurado. Mengana baja la mirada hacia su cartera, acomoda algunas cosas. Él la mira, pero inmediatamente regresa a lo suyo: “Va a pensar que soy un ratero si miro tanto su cartera”, dice es voz muy baja, mientras revisa una parte de su trabajo y se percata que hay una falla ortográfica y se lamenta. Piensa que tendrá que imprimir nuevamente esa hoja y que perderá más tiempo.

-¿Qué hora tiene, disculpe?- pregunta Mengana a Fulano, de manera imprevista.

-¿Perdón?

- Quiero saber la hora- replica Mengana dibujando una nueva sonrisa.

- Las ocho y cuarenta y tres- le responde Fulano, mientras baja el brazo acomodando la manga de su casaca.

-Gracias- manifiesta Mengana.

- De qué, no es nada, mejor, espero que esté a tiempo de llegar a su destino- señala Fulano, con una voz pausada para evitar tartamudear.

- Más bien, espero que usted esté a tiempo de llegar a su destino. Se ve que tiene bastante prisa.

Fulano se sonroja. Ella se vuelve a ver hacia la ventana y se quedan en silencio. Más bien, Fulano no sabe qué responder a esa frase que siente que lleva mucha ironía por parte de Mengana, pero sobre todo confianza.

-¿Se nota?- pregunta Fulano, después de unos segundos de silencio.

Mengana regresa la mirada que tenía concentrada en la ventana.

-Un poco.

Él suelta una fugaz sonrisa y regresa a ver su reloj, como sabiendo que no es ninguna broma el retraso que lleva. Se concentra nuevamente en una hoja de su trabajo, quiere leer para ver si encuentra otro error que deberá corregir pero no puede. “¿En verdad quería saber la hora? O quería hacerme el habla. Debe haber visto la hora en su celular cuando revisó su cartera. Debe tener”, pensaba Fulano a la vez que no podía terminar de leer una oración.

“¿Estará esperando que ahora yo diga algo?”, se preguntaba Fulano. “Y qué le digo. Lo de la hora se prestaba por lo menos. Me ha dejado lo más difícil”, seguía diciendo mientras daba la vuelta a la hoja.

-Pero qué lento va este carro- se le ocurrió decir a Fulano en voz alta y mirando hacia la ventana, para ver si Mengana decía algo al respecto.

Ella se quedó en silencio, no hizo ningún movimiento claro. Como si no hubiera escuchado ningún comentario.

Fulano se lamentó por dentro de haber soltado aquella frase tan fútil. Pensó que había defraudado a Mengana. “Pero qué más le podía decir” se decía, “ahora ya no puedo agregar nada, sólo decirle que es muy linda, que me gusta mucho su lunar, pero no, eso no. Ahí si que recibo un show”

-Me gusta el lunar de tu mejilla- dijo Fulano- Perdóname la confianza, pero necesitaba decirlo- agregó con una voz que se le cortaba.

-Gracias. Pero no era necesario su comentario- expresó Mengana, con una tranquilidad que también calmó en cierta manera a Fulano.

-Perdóneme- dijo Fulano mirando la carátula de su trabajo.

Él miró la hora y ya eran las nueve y tres. Advirtió que ya debía bajar para tomar el siguiente carro. Cuando Fulano recogió su mochila y la puso encima de sus piernas, y miró por la ventana el siguiente paradero, Mengana se atrevió a decir algo.

-Cómo te llamas.

-Fulano- dijo él- ¿Y tú?

-Mengana- respondió.

-Mengana, mm, cae muy bien con tu lunar.

-Con el lunar que te ha gustado, según tú.

-Y sí, me ha gustado.

-Sólo lo has dicho por decir algo.

-Para nada. Mejor, esperaba decir algo por decir como eso de qué lento va este carro, pero me salió no sé de donde. Pero me pareces linda.

-No, no, no. Ahora no sólo es el lunar sino también todo yo.

-Sí.

-Bueno, me parece que estás exagerando, pero no me voy a molestar por tus excesos.

-¿De elogios?

-De todo.

-Entonces yo tampoco me voy a molestar por tus excesos.

- ¿Mis excesos?

Sí, tus excesos.

Mientras conversaban mirándose a los ojos, Fulano acomodándose nuevamente la mochila entre las piernas, y Mengana acomodándose de rato en rato el pelo para que él siga viendo su lindo lunar en su pómulo izquierdo, el paradero donde tenía que bajar Fulano se quedó atrás. Él se percató que eso sucedía, pero no reaccionó como lo hubiera hecho una hora antes.

-Pensé que no te ibas atrever a hablarme, y peor con algo tan directo- dijo Mengana-.

-Yo tampoco, pero…